Museo de Antropología de Salta

Museo de Antropología de Salta

Este Museo es el lugar indicado para aprender más en profundidad sobre las distintas culturas aborígenes que habitaron nuestro territorio.

Sus salas poseen piezas arqueológicas provenientes de diversas regiones de la provincia, así como también una colección etnográfica. Está organizado en salas didácticas de diferentes colores que permiten entender con mayor facilidad los diferentes momentos de la prehistoria del noroeste argentino.

Al lado del museo, se encuentran las escalinatas para ascender a la reserva natural del Cerro San Bernardo.

El Museo de Antropología de Salta fue inaugurado el 21 de abril de 1975 como Museo Arqueológico de Salta y su Director fue el Prof. Amadeo Sirolli. Toma el nombre “Dr. Juan Martín Leguizamón” en homenaje al primer salteño (nativo) que se ocupó de los estudios e investigaciones arqueológicas del noroeste, además de destacarse como político, legislador, educador, escritor, historiador, militar y civil.

Las primeras colecciones que albergó la institución fueron las provenientes del Instituto de Antropología y Ciencias Afines, del sitio arqueológico de Tastil, rescatadas por el equipo dirigido por el Dr. Eduardo Mario Cigliano del Museo de La Plata y colecciones particulares ofrecidas en préstamo por miembros de la Sociedad Científica del Noroeste Argentino.

Durante 1984 se incorporó el área de Antropología Social, razón por la cual nuevos profesionales se incorporaron a la institución para llevar adelante las actividades de investigación sobre las problemáticas referidas a nuestra cultura regional. Es en ese momento que pasa a tomar la denominación que el museo lleva en la actualidad, incorporándose salas y exposiciones etnográficas de la región de gran valor cultural.

El Museo de Antropología de Salta además de su misión educativa y científica, es el organismo encargado de la legislación vigente referida al patrimonio Arqueológico y Paleontológico, como también la intervención sobre el otorgamiento de permisos de investigación, educación no formal, asesoramiento a distintas instituciones y difusión del patrimonio cultural. 

El edificio cuenta con salas amplias distribuidas en dos plantas donde se expone parte de la importante colección que custodia, especialmente de piezas arqueológicas provenientes de distintos sitios de la provincia y una colección etnográfica. Un aporte significativo lo constituye la colección de la Universidad Nacional de Salta que fue cedida en comodato en 1980.

El Museo posee además, un depósito para guarda de las colecciones, un Gabinete Museológico, Sala de Proyecciones, Biblioteca especializada, hall de entrada y una amplia terraza desde donde se puede apreciar una magnífica vista de toda la ciudad.

Funciona en un edificio que fue proyectado por el Arq. Enrique Larran, siendo una obra de la arquitectura moderna que fuera construido en la década del 60.

Este edificio se destaca por su implementación sobre el cerro San Bernardo, sus volúmenes bajos y aterrazados se escalonan siguiendo las cotas de nivel y las lucarnas cenitales sobresalen como grandes ojos de hormigón y vidrio.

Tanto en el interior como en el exterior, la composición de los espacios parece imitar las terrazas y andenes incaicos, donde se agregan los canales de agua (hoy inactivos) bordeando junto con los desniveles.

Una vez adentro, nos sorprende la espacialidad del edificio que es su principal característica, las distintas superficies de plataformas en desniveles se escalonan dentro de un mismo espacio interior, la vinculación entre ellas se hacen con grandes escalinatas de exposición de alfarería.

Es el espacio fluido por excelencia, lo que caracteriza los distintos sectores funcionales de exposiciones que están integrados en un espacio total, abarcador y único.

Junto a esta cualidad del espacio están los materiales de piedra y hormigón a la vista empleados en muros de piedras y nichos de mampostería revocados en contraste. En el fondo aparece el muro de contención del cerro y solo por momentos la vista se escapa al bello entorno. 

Colección Etnográfica

Nuestra Colección Etnográfica está compuesta por elementos que fueron y son parte de la vida cotidiana de poblaciones que habitan esta región y que conforman un patrimonio cultural tan variado como exquisito.

El Noroeste Argentino se caracteriza por sus diferentes ambientes geográficos (o unidades geoculturales) conocidas como, Puna, Valles y Quebradas y Chaco, imbricadas dentro de dos unidades mayores definidas como Área Andina y Gran Chaco, con las que se comparten características geográficas, históricas y culturales desde el pasado prehispánico, fragmentadas de manera artificial como consecuencia del proceso histórico y político acaecido en nuestro continente con la llegada del español y el posterior proceso de surgimiento de los Estados Nación.

Los pueblos Chané, Wichi, Guaraní, Qón (Toba), Chorote, Chulupi, Kolla Andino y Pueblo Diaguita, Atacama, entre otros, se autoreconocieron originarios en el último Censo de Población y Vivienda (2010); es decir, preexistentes a la conformación del Estado Nación Argentino (1853-1880). En la actual  Constitución Nacional (1994, Art. 74°, Inciso 17) y Provincial (1986, Art. 15°) se les reconoce el derecho a la tierra, a la identidad y la cultura. Por tanto, los habilita a ser protagonistas de la historia y sujetos de derecho.

En el último Censo, se estimó que la población indígena es de 955.032 personas en todo el país, mientras que en la provincia de Salta se habla de 79.204 personas sobre un total de 1.214.441. En Salta, el 6,5% de la población total provincial se reconoce indígena, casi triplicando a la media nacional (2,4%). Estas cifras son solo indicativas de un proceso de autorreconocimiento en aumento y de reconocimiento por parte del Estado.

Las materialidades expuestas aquí pertenecen a distintas colecciones puestas bajo la tutela del Museo, siendo las más numerosas la de la Universidad Nacional de Salta y la Monge, entre algunas otras particulares.

Colección Peyret

En 1991 la colección Peyret se integra, en calidad de donación, al patrimonio del Museo, teniendo en cuenta la necesidad que la misma sea estudiada en detalle y conocida por todos como parte de nuestro acervo cultural.

Al efectuar una ligera revista sobre los rasgos de la colección, vemos sobresalir elementos de un estilo cultural que tuvo difusión manifiesta en el Noroeste Argentino. A dicho estilo se lo conoce como “Santamariano”, por ser en el Valle del Río Santa María (antiguamente Yocavil) en la provincia de Catamarca, donde fue estudiado por primera vez.

Este estilo fue desarrollado por las poblaciones locales de los últimos tres períodos de la etapa agroalfarera (Tardío, Imperial e Hispano Indígena), aproximadamente entre los años 1000 y 1670 dC. Estos pueblos fueron denominados “diaguitas”, incluyendo diferentes parcialidades: pulares, quilmes, cafayates, yocaviles, capayanes, guachipas, andagalaes, entre otras.

La colección está compuesta, en su mayoría, por vasijas cerámicas que fueron usadas como urnas funerarias para el entierro de párvulos y pucos de cerámica (cuencos o escudillas) que colocados boca abajo sirvieron de tapas de las urnas.

Las urnas que aquí se presentan son vasijas alargadas, de entre 50 y 60cm de alto por 35cm de ancho aproximadamente, que pueden dividirse en tres partes: un cuello cilíndrico, por lo general evertido, un cuerpo ovoide y una base cónica. Uno de sus elementos destacados es la representación de una figura central denominada de las “largas cejas”, que pueden estar pintadas o al pastillaje. Todos los tipos presentan decoración pintada, principalmente en colores negro y rojo sobre fondo blanco (variedad tricolor), negro sobre blanco y negro sobre rojo (variedades bicolor).

Se establecieron cuatro subtradiciones regionales para el estilo “Santamariano”, a partir de una forma “típica” o clásica: Yocavil, extendida por el valle de Santa María y el de Tafí; Calchaquí, en el valle homónimo; Santa Bárbara o Pampa Grande, a lo largo del Valle de Lerma, y Valle Arriba, en la zona de Cafayate, lugar de confluencia de las tres tradiciones anteriores.

Las tradiciones regionales presentes en esa colección son:

A- Santa Bárbara o Pampa Grande

B- Lerma

C- Calchaquí

Colección Maderas y Metales del MAS

El Museo posee una gran cantidad de piezas arqueológicas manufacturadas en madera, pertenecientes a distintas colecciones (principalmente a la denominada Vittone), como así también en metal (de las colecciones Tastil, UNSa, Poma, Museo, etc.) que son apreciadas por su conservación y resistencia al paso del tiempo (en el caso de la madera) y por su excepcionalidad en el registro arqueológicos y su laborioso proceso de producción (en el caso de los metales).

Las piezas que aquí se presentan fueron recuperadas durante excavaciones realizadas en distintos sitios arqueológicos de Salta y el NOA y constituyen un testimonio fiel de las prácticas de las personas que habitaron esta región mucho tiempo antes que nosotros. 

Colección La Banda de Arriba

Está conformada por piezas arqueológicas, en su mayoría de cerámica tipo Candelaria (con influencia Ciénaga), Vaquerías y Aguada, que fueron rescatadas en distintas campañas durante el año 1986, continuadas en 1998, en Cafayate, Provincia de Salta, por el equipo del Museo de Antropología junto con estudiantes de la Escuela de Antropología de la Universidad Nacional de Salta a partir del comunicado de la familia Gutiérrez sobre un hallazgo de material arqueológico en el fondo de su vivienda. El resultado obtenido de las sucesivas excavaciones y el análisis principalmente de la cerámica, tomada como un indicador cultural-temporal, permitió caracterizarla como pertenecientes al Período Formativo o Temprano (200a.C al 500d.C.) en el Sur del Valle Calchaquí. 

Colección Grandes Vasijas

Las piezas expuestas provienen de excavaciones realizadas entre las décadas del 50 y 70 en diferentes sectores del Valle de Lerma (Ciudad de Salta, Osma, Saladillo, etc.).

Las asociaciones materiales que presentan estas grandes vasijas en los diferentes contextos permiten sugerir que esta modalidad de entierro tuvo continuidad desde el Periodo Temprano (200a.C al 500d.C.) hasta el momento de ocupación incaica en algunas regiones del NOA (1400d.C. al 1532d.C., aproximadamente), con particularidades de cada sub-región en cuanto a cronología, acompañamiento mortuorio y contexto de hallazgo.

El conjunto de estas vasijas en general presenta como tratamiento de superficie un peinado regular o irregular, marleado o alisado. A pesar de estos tratamientos se observa en general que la constitución de las paredes se realizo mediante rollos de arcilla que pueden tener un espesor de entre 5 y 8cm. Este conjunto de vasijas posee formas cerradas y abiertas, todas con asas (en su mayoría en la parte superior del cuerpo).

Si bien la práctica de la manufactura de grandes recipientes cerámicos (que podrían haber tenido usos previos a su depósito como contenedor funerario) está presente en varios sectores del NOA y con diferente profundidad temporal, las mismas conforman grupos que se diferencian por características en la morfología, tecnología y decoración.

Colección de la UNSa

Es una de las colecciones más numerosas que alberga el Museo. Se incorpora a la custodia del MAS en 1980, luego de firmarse, un año antes, un convenio entre la Universidad Nacional de Salta y la entonces Secretaría de Estado de Educación y Cultura de la Provincia. La Colección está compuesta por cerca de 600 piezas (otra parte se halla en el “Depósito de la Colección ‘Antonio Serrano’”, de la Facultad de Humanidades) arqueológicas y etnográficas de distintas materialidades, entre las que se destacan la cerámica, la piedra, el metal y la madera, entre otras. Aquí se ven representados los distintos momentos de la historia de la región, como un testimonio de la dinámica cultural de nuestra tierra, tanto pasada como presente.

El Patio de Los Morteros

Los morteros son utensilios realizados en general en una roca soporte (que puede ser móvil o no) con orificios de molienda (uno o más). A veces se hallan acompañados de un brazo pesado o mano, hechos de piedra u otro material, cuyo extremo es redondeado debido a la fricción. Los morteros han sido y son utilizados para moler o mezclar sustancias minerales, vegetales, etc.

Se caracterizan por:

  •         La morfología (forma): en donde la cavidad de molienda es vertical, profunda y la boca circular y uniforme.
  •         La movilidad: pueden ser móviles e individuales (para el trabajo de 1 persona) o fijos y grupales (para el trabajo de 1 o más personas, asociando la práctica a una condición grupal de molienda, por ejemplo).
  •         Su contextualización: pueden marcar una sectorización de funciones, sean éstas de uso doméstico o ritual, entre otras.
  •         La variación en la profundidad de la oquedad: se debe a la especificidad funcional, a la intensidad y/o frecuencia de uso, o bien a la antigüedad del artefacto.
  •         Por su materialidad: los morteros están hechos de materiales no porosos de granos medianos (por ejemplo granito o basalto obtenidos de lechos de ríos u arroyos locales) para que no absorban parte de los aromas de las sustancias al machacar o moler.

En suma, los morteros acompañan a las personas desde las primeras experimentaciones con la agricultura, como una herramienta fundamental en la economía de los pueblos. Incluso en la actualidad muchas poblaciones, situadas en lugares con presencia humana anclada en la profundidad del tiempo, continúan utilizando morteros como parte integral de su economía, y hasta reutilizando morteros arqueológicos durante su cotidianidad.  

Ubicación

Dirección: Ejército del Norte y Ricardo Solá.

Tel: 3874222960

Horario de Visita: Martes a domingos de 10:00 a 20:00 hs

Costo de Ingreso: Entrada gratuita

Mail: museossalta@gmail.com

reservasmuseodeantropologia@gmail.com

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