Campo la Cruz

Campo la Cruz

El 20 de febrero de 1813 amaneció nublado y con lluvias intermitentes.  Belgrano propuso una ofensiva en un terreno plano y conocido. La bandera recibía su bautismo de fuego, pues flameaba por primera vez en un campo de batalla.

La batalla duró alrededor de tres horas y media, siendo “muy sangrienta tanto en el campo como en las calles de la ciudad”. Belgrano distribuyó sus casi tres mil hombres en una columna izquierda dirigida por Martín Rodríguez, una derecha comandada por Díaz Vélez y otra encabezada por Dorrego que logró quebrar el ala izquierda del enemigo apoyado por las valientes mujeres de ponchos azules. El avance ocasionó que las tropas realistas retrocedieran a refugiarse en la plaza, en casas e iglesias, dejando el campo cubierto de cadáveres, heridos y muchos ahogados en los tagaretes.

La victoria patriota fue determinante para frenar el avance de los realistas hacia el sur y Belgrano elogió a los salteños en las milicias. Belgrano demostró su grandeza como persona al decidir no ejecutar a los soldados realistas que finalmente fueron enterrados en una fosa común con una cruz. Todos los caídos sin distinción, patriotas y realistas como hermanos bajo la leyenda “Vencedores y vencidos, en Salta, 20 de febrero 1813”. La Batalla de Salta fue decisiva para nuestra libertad e independencia en el continente.

Dato de color

El cuadro de la Batalla de Salta de Aristene Papi de 1908, se encuentra en el Salón de Sesiones de la Legislatura Provincial.

El Parte de Guerra del general Manuel Belgrano sobre la capitulación del general Pío Tristán, luego de la Batalla de Salta, se encuentra en el  Museo Histórico del Norte. Belgrano nombró a Díaz Vélez gobernador militar de la provincia de Salta y éste colocó a la bandera argentina por primera vez en el balcón del Cabildo y los trofeos apoderados de los realistas los ubicó en la Sala Capitular.

Salta ha tenido un rol estratégico en la guerra de la independencia americana, por su ubicación entre Lima y Buenos Aires, volviéndola un punto clave.

Ser bisagra entre Lima y Buenos Aires aporto a Salta aquello que la animó, le permitió crecer y adquirir importancia: centro administrativo de la gobernación, paso de viajeros, tráfico comercial de enormes caravanas de mulas compradas aquí y fletadas al Alto Perú. La distancia también significo padecimientos como el paludismo, pantanos intransitables e insalubres, tagaretes rodeando la ciudad, alta mortalidad, guerras y ejércitos que iban y venían. Tanto los de paso como los que la ocupaban meses, la devastaban.

 

A partir de 1810 aquel centro del activo circuito mercantil comenzó a servir de pasadizo de ejércitos patriotas que marchaban al Alto Perú y de ejércitos realistas que bajaban desde Lima con intención de tomar Buenos Aires.

 

Una carta del Virrey del Perú a Goyeneche, Jefe del ejército Real del Perú en Febrero de  1811, pone de manifiesto la importancia geoestratégica  de Salta y de Jujuy:

“… Poniendo una fuerza de 2000 hombres de infantería bien armaos y alguna caballería ni necesitamos para hacerse dueño de Jujuy y Salta cuya garganta nos sería muy útil ocupar para quitar toda comunicación de las provincias de Buenos Aires con el Perú en cuyo caso decaerían precisamente de ánimo los de por ahí faltándoles el aliciente de las promesas lisonjeras de aquellos picarones”.

Es posible advertir la necesidad de cortar toda comunicación, siendo la garganta comunicativa entre Buenos Aires, el litoral y las provincias Altoperuanas. Así lo demuestra el hecho de que luego volvieron varias veces a querer ocupar la región.

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