Una de las Iglesias icónicas de la ciudad, ubicada en pleno microcentro y a pocos metros de la plaza principal.
La actual basílica data del S. XVIII, fue construida por Fray Vicente Muñoz y posteriormente embellecida por el refinado arquitecto Luis Giorgi. Su estilo italianizante y sus colores terracota, marfil y blanco, la convierten en un verdadero tesoro arquitectónico de la ciudad.
Su torre campanil de 54 mts. de altura, es considerada la más alta de Sudamérica. Aquí podemos encontrar a la llamada “Campana de la Patria”, mandada a hacer por Belgrano con las armas y municiones que se usaron en la Batalla de Salta el 20 de febrero de 1813.
En este complejo cultural también se encuentra el Museo San Francisco, donde se resguardan valiosas obras de arte y piezas de colección pertenecientes a la orden franciscana
El 14 de Julio de 1941, fue declarada Monumento Histórico Nacional.
El museo realiza un innovador espectáculo audiovisual de MAPPING 3D “Luces de paz y bien” sobre la historia de la orden franciscana y también un imperdible guiado nocturno por la parte más antigua del convento San Francisco.
En el corazón del convento, sobre calle Córdoba 33, podés disfrutar del restaurante y confitería “Patio San Francisco” que ofrece comidas regionales y productos elaborados por las comunidades del norte donde trabajan los franciscanos. Horario de atención: Martes a Domingos de 9.30 a 23.30 hs.
El Complejo San Francisco pertenece a la Orden de Frailes Menores fundada en 1209, de la mano de San Francisco de Asís.
La historia de esta casa comienza en el año 1582 cuando Hernando de Lerma, fundador de Salta, junto a Fray Francisco de Vittoria, Obispo de Salta, asigna a fray Bartolomé de la Cruz un solar destinado a la Iglesia y convento San Francisco. Los frailes comenzaron la construcción de la primera iglesia en barro y caña. Al poco tiempo, a causa de un movimiento sísmico, colapsó y fue necesario iniciar la construcción de la segunda. A mediados del siglo XVII el emplazamiento ya estaba en pie, y aunque esta vez se había realizado en madera, la misma fue destruida luego de un incendio.
La actual es la tercera iglesia, construida a partir del 17 de septiembre de 1759, siendo guardián del convento el padre Fray Domingo de Aránzazu. La iglesia fue construida con enormes y sólidas paredes según los planos del arquitecto fray Vicente Muñoz, quien murió en 1784 sin haber concluido la obra de reconstrucción.
En el año 1772, la Iglesia y parte del convento quedaron totalmente devastados por un gran incendio. Su reconstrucción fue muy lenta dado que el único ingreso de los padres franciscanos era la caridad.
La Iglesia preserva una de las campanas con mayor carácter histórico de la ciudad, es la bien llamada “Campana de la Patria”, fundida con el bronce de los cañones de la Batalla de Salta, liderada por el Gral. Manuel Belgrano en el año 1813 cuando el Ejército del Norte derrotó a las tropas españolas.
Fue la primera campana que se puso en la torre, su peso es de 1406 kg. Se conserva en el convento, con una testimonial leyenda ¡“Viva la Patria! Año 1813”!
La Iglesia resguarda los restos de Francisco de Gurruchaga (creador de la Armada Nacional), de Pachi Gorriti (coronel de las tropas gauchas) y de María Magdalena Goyechea, madre del Gral. Martín Miguel de Güemes, máximo prócer salteño.
El actual templo data del siglo XVIII y fue construido por Fray Francisco Muñoz, según lo manifiesta su piedra fundamental.
Una serie de refacciones y agregados se suceden hasta la segunda mitad del siglo XIX, en que se definen la fachada y la torre conservando los muros y cimientos originales, de enorme sillería de piedra que datan del siglo XVIII.
Las piedras empleadas para la construcción fueron movilizadas por frailes y laicos desde el cerro San Bernardo a mula.
La fachada y la torre fueron concebidas y construidas en tiempos diferentes y por distintos autores; no obstante el conjunto armoniza totalmente. Si bien el lenguaje de ambas es italianizante, en la torre se percibe un manejo mucho más clasicista y menos recargado. El toque italianizante se termina de expresar en manos de Fray Luis Giorgi, quien modificó el frente levantando la torre campanario que acompaña al templo, tiene una altura de 54 mts. y se organiza en 4 cuerpos de órdenes superpuestas: dórico, jónico, corintio y compuesto. Lo más característico es su intenso color terracota, resaltando sus detalles con colores marfil y blanco.
La Basílica posee una sola nave en bóveda real, a la que se ingresa por una entrada de triple arco que embellece el atrio. Dos comunicaciones laterales dirigen a la calle Caseros y a los claustros del Convento donde en sus galerías podemos apreciar el Museo. Tiene una longitud de 50 metros de largo, por unos 10 de ancho, aproximadamente. Una vez al mes se hace una visita guiada nocturna con luna llena donde se visita el interior y la parte más antigua del Convento.
Al final del crucero se encuentra la cúpula estilo colonial diseñada por Fray Vicente Muñoz. Tiene entre 9 y 10 metros de diámetro y se eleva a 24 metros de altura. La nave culmina con un amplio presbítero donde se destaca el altar mayor, con una arquitectura de orden Corintio, rico en mármoles de distintos colores.
Obra que se destaca por su síntesis formal, la planimetría y la exquisita factura de la iconografía simbólica y natural.
La autora de este magnífico mural de 16 m2 fue Elsa Salfity, trabajó en él desde 1976 hasta 1978, fecha en que se inauguró. Colocado en la totalidad de la pared que da acceso al salón Fray Mamerto. Está conformado por tres grandes relieves, dos verticales y uno horizontal, en el tímpano, que representan:
El relieve horizontal de la izquierda: a Fray Mamerto en posición orante, de perfil, con los brazos en alto, invocando al altísimo por la Nación Argentina. La imagen está rodeada de elementos naturales de la fauna y flora americanas, con lo que se traduce compositivamente el concepto franciscano del universo como criatura de Dios.
El panel de la derecha presenta al fraile como Obispo de Córdoba y propagador de los santos Evangelios, de pie, frontal, ataviado con el báculo, el pectoral y el hábito franciscano que llevó toda su vida. Este relieve complementa al anterior con elementos naturales que simbolizan los atributos del Evangelio: los evangelistas Mateo representado por un ángel, Marcos representado en un león y Lucas representado por un Buey, y arriba el águila que evoca a Juan. Al costado derecho la vid, y al izquierdo el sol que equilibra con la luna del panel izquierdo. En el frontis se aúnan los símbolos patrios y religiosos que dieron sentido a la vida de Fray Mamerto: el pueblo argentino, laborioso y pleno de fe y esperanza, la tabla de los Mandamientos de la Ley de Dios, y en el centro la inscripción “LAETAMUR DE GLORIA VESTRA” (Nos alegramos de vuestra gloria), primeras palabras del fraile en el Sermón Patrio del 9 de Julio de 1853 en la Asamblea General Constituyente. Al centro, el escudo nacional, el de San Francisco y el de Jerusalén. A ambos costados, la congregación franciscana y al centro la paloma, símbolo de la paz y también representación del Espíritu Santo.
Elsa Salfity (1931-2004)
Fue una reconocida artista salteña destacada en los años cincuenta a sesenta, considerada una pionera del arte, que se abrió paso en un medio artístico fundamentalmente masculino y dejó su fuerte impronta, ya que incursionó en diversos campos de las artes plásticas y se destacó en la escultura, forma expresiva que realizó utilizando diferentes materiales como la arcilla, el bronce y el cemento directo.
Trabajó también en el dibujo, la pintura, el grabado y la cerámica. Compartió su vida entre la docencia y el quehacer artístico. Fue profesora en numerosos establecimientos de la provincia y también rectora de la Escuela de Bellas Artes.
Numerosas obras de Salfity fueron emplazadas en nuestra ciudad, además del mural relieve cerámico en homenaje a Fray Mamerto Esquiú en la iglesia San Francisco, otras de sus obras destacadas es el relieve en bronce del escudo del Séptimo Congreso Eucarístico Nacional y el mural de la Iglesia del Tránsito.
¿Sabías que Elsa Salfity cuando era niña jugaba haciendo torres con piedras y así fue experimentando las formas?
Fray Mamerto Esquiú (1826 – 1883)
Fue hijo de humildes labradores, fervorosos cristianos. Nació en el pueblo de Piedra Blanca, en la Provincia de Catamarca, en 1826 y falleció un 10 de enero de 1883 teniendo 56 años. Fue reconocido con toda justicia, por su talento y patriotismo, como el Orador Sagrado de la Constitución del 53. Bastante joven, fue designado Obispo de Córdoba y en ese rol, conservó su humildad, su mansedumbre y por supuesto todas sus virtudes.
Fue elegido, con sólo 48 años, Obispo de Buenos Aires. Pero –hecho inusual- renunció indeclinablemente a tan honrosa dignidad y viajó a Ecuador, para estar al frente de una modesta parroquia de provincia.
Fray Mamerto Esquiú, quedó en las páginas de nuestra historia, por un célebre sermón que pronunció el 9 de julio de 1853. Finalizó con éstas palabras: -“Obedeced, Sres. Sin sumisión, no hay ley. Sin ley, no hay patria, no hay verdadera libertad. Y existen solamente pasiones, desorden, anarquía y males, de los que Dios, libre eternamente a la República Argentina”.
¿Sabías que el Papa Francisco, determinó la beatificación del fray mamerto Esquiú, conocido como el “Orador de la constitución”, en marzo de 2021?
Ubicación
Horarios
Museo (con costo) : Lunes a Viernes de 10:00 a 19:00 hs. Reservas: 3875124311
Mapping 3D “Luces de Paz y Bien” (con costo): Reserva al Whatsapp 3875124311 o por mail a museosanfranciscosalta@gmail.com.